martes, 8 de marzo de 2011

Arún (i)

Voy a ser padre.

Apenas queda un mes para que Arún baje lenta y suavemente por el canal de nacimiento de su madre. Será con toda certeza un camino que discurrirá de forma precisa y milimétrica. Como atravesar una habitación en diecisite horas. Tan despacio que apenas será perceptible el movimiento-quietud.

Estoy feliz y tranquilo. Vivo la llegada de Arún con calma, como la llegada inminente de una etapa más en el crecimiento como persona, pero una etapa más, tan importante como otras etapas de la vida. Y así me dispongo a vivir la paternidad. Como algo maravilloso pero normal que casi todas las personas de todos los tiempos han vivido. Participo de lleno en la paternidad teniendo siempre un ojo fuera de mí, observándome, observándonos, desde lejos, con perspectiva, para poder vivir de forma calmada cada momento y disfrutarlo de forma consciente y completa. Para poder reírme de mí mismo cuando me de cuenta de que en algún momento le doy una importancia que no tiene a cualquier cosa que ocurra (ya sea por ser considerada buena o mala, es igual). Quiero poder reírme de mí mismo si un día digo aquello de "Esto es lo más grande de la vida". Puede que sea lo más grande, pero la otra vez que viví algo parecido fue el día de mi nacimiento y ni siquiera lo recuerdo de forma consciente, aunque sé que influye en mi vida.

Voy a ser padre. Voy a tener la oportunidad de observar a un ser recién nacido en su camino por este lado del mundo. Voy a tener la suerte de poder aprender de un pequeño ser humano mientras crece física, mental y espiritualmente.

No hay comentarios: